La libertad de prensa es crucial para que la sociedad pueda estar informada y al tanto de los asuntos públicos.
Así como la libertad de expresión y el derecho a votar libremente son fundamentales en un gobierno democrático, la prensa libre es fundamental para vigilar el buen o mal funcionamiento de un gobierno.
Thomas Jefferson escribió que “si tuviera que elegir entre un gobierno sin prensa o una prensa sin gobierno, sin duda elegiría lo segundo”.
Cuando se condena el creciente número de asesinatos de periodistas en México, no se trata de hacer una distinción entre ciudadanos, ni de explotar políticamente una tragedia, como argumentan algunos defensores del gobierno, sino que se condena y se exige justicia porque estos homicidios son una mala señal para cualquier democracia.
El Presidente ha querido minimizar la gravedad de estos hechos de muchas maneras. Ya sea comparando el asesinato de periodistas con los miles de homicidios que ocurren al año “en estos dos meses y medio han perdido la vida cerca de cinco mil mexicanos, y de esos cinco mil, cinco periodistas”. Apenas ayer aclaró que estos asesinatos “no son crímenes de Estado, nunca vamos a mandar matar a nadie”, e insistió en que “no hay en ninguno de estos asesinatos elementos para señalar como responsables a servidores públicos”.
Este tipo de distractores y respuestas falsas sorprenden por doble vía.
- Por un lado, porque presidentes como Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto declaraban argumentos similares en su momento.
- Por otro lado, porque estas declaraciones eximen de responsabilidad a todos los niveles de gobierno, sean federal, estatal o local.
El Presidente y sus voceros han insistido en hacer una muy extraña distinción entre los verdaderos o legítimos periodistas y quienes, a decir suyo, son mercenarios al servicio de grupos de interés. ¿Corresponde al gobierno señalar lo que le parece buena y la mala prensa? ¿Y si, en vez de descalificar a tantos medios y periodistas, nos indica en qué medios sí podemos confiar? Si todo lo anterior se lo pide cualquier periodista o ciudadano mexicano, ¿también lo descalificará?
FUENTE: https://www.excelsior.com.mx/opinion/javier-aparicio/periodismo-bajo-amenaza/1504474